miércoles, 3 de diciembre de 2008

Madrid desde Paracuellos 2-12-08 (72)

Ayer, segundo día de diciembre, tuve la suerte de asistir a uno de los atardeceres más espectaculares que recuerdo.

Al volver del trabajo, dejé la moto en la calle, no la dejé en el aparcamiento como hago habitualmente. Y al ir a llevarla, me bajé la cámara y el trípode por si veía alguna "foto". Como no hacía mucho frío, y parecía que tendríamos un atardecer bonito, pensé ir a algún sitio con buenas vistas, a tirar alguna foto.


Me acordé de la vista que se tiene de Madrid y el aeropuerto desde Paracuellos del Jarama. Y como el cielo estaba muy despejado por el viento que hemos tenido estos días, para allá que me largué con "Charo".
Estuve con mi amigo Quique, el "cazador de nocturnas", hace pocas semanas y no me llevé el trípode. Además llegamos ya de noche cerrada, y a mi no me salió gran cosa.

Pero ayer llegué en el momento justo, recién se había ocultado el sol y el paisaje hasta que se hizo de noche, impresionante.
El cambio de tonos del amarillo al naranja y luego al rojo, con la transición hasta el azul del cielo, que se iba oscureciendo poco a poco hasta hacerse casi negro, fue impresionante.
Es de esos momentos que te apetece compartir con alguien, incluso no hacer fotos, y sólo disfrutar del paisaje, del cielo y la ciudad a lo lejos.
Bueno lo de "no hacer fotos" es una broma, por supuesto. Si tengo delante algo que me merezca la pena, y una cámara a mano..., je, je.
Pero es cierto que se estaba muy a gusto, salvo por la temperatura que bajaba rápidamente al irse el sol.
 

Sin apenas escuchar ruidos, sólo el de algún avión despegando y la lejana carretera de acceso a Paracuellos.
Me gusta ver las ciudades desde la distancia, sólo sus luces parpadeantes en la lejanía, sin tener que aguantar sus ruidos, sus prisas, el estrés que se percibe a nada que uno pasee por sus calles.
Es como un paréntesis antes de volver a sumergirse en la vorágine de la ciudad viva, cambiante y vertiginosa.

Uf, qué rollo, casi me pongo tierno y todo.
nada, nada, que ahí dejos las fotos.
03 de diciembre 2008